IMAGINARIOS ORGÁNICOS

Colección de joyería contemporánea a partir de la transformación de la materia. En este caso trabajamos con textil en desuso, porque consideramos importante crear consciencia sobre el significado que este tiene desde varias aristas interconectadas, ya sean sociales, ambientales, económicas y políticas. Por otro lado, interviene el uso de tecnología digital, entendida como una herramienta más, capaz de colaborar en profundizar procesos creativos. El proyecto pretende cruzar estas realidades generando énfasis en la importancia de nuevas posibilidades, dejando como temática principal la “experimentación”.

La industria textil es la II industria más contaminante a nivel mundial después del petróleo. La cantidad de desechos producidos a partir de ella es un tema preocupante a nivel ambiental y también por la forma de producción que esta maneja. Temas como explotación infantil y mala calidad en términos laborales son protagónicos en el quehacer productivo de empresas que incentivan un sobreconsumo desmedido apoyadas por políticas capitalistas. Los temas antes mencionados son solo una pincelada de la problemática real que se genera a través de la industria textil.

El proyecto “Imaginarios Orgánicos” se inicia creando un banco de textiles en desuso con marcas de diseñadores locales dentro de un radio a nivel urbano (Santiago de Chile), donde se comienzan a realizar pruebas de formas a través de diseños creados de manera digital. Siempre buscando el diálogo entre el residuo, su capacidad mutable, la interpretación orgánica que manifieste el mismo discurso (contradicción entre el residuo y su propia capacidad de manifestarse a través de un símbolo orgánico) y la tecnología digital.

Llevamos un año en un contexto donde el fuerte no ha sido la estabilidad, por lo tanto, hemos tenido que configurar una modalidad de trabajo a distancia que ha marcado el proceso con nuevas estructuras y descubrimientos metodológicos. Hemos realizado selección de telas por sus características y colores, probando diversidad de formas tanto análogas como digitales, creando de manera independiente desde nuestras casas, esperando el momento para juntarnos a ver y experimentar los trabajos realizados buscando generar un clima común.

Dados los tiempos programados según el proyecto, nos vimos en la necesidad de ir concretando la propuesta y decidimos trabajar con residuos de telas que nos donaron marcas de vestuario de novias, donde el blanco era el color predominante. Desde ahí decidimos profundizar en la experimentación, pero esta vez fue a partir de teñir de manera casera las telas. En esta etapa teñimos con: curry, betarraga, maqui, mate, zanahoria, té negro, cochinilla y té de hibiscus, creando una paleta de colores que empezó a tomar vida propia.

Por otro lado, trabajamos con el diseño de 8 patrones como base, inspirados en la naturaleza, donde la intención es crear un abanico de posibilidades a partir de la combinación de formas y colores logrando que cada diseño sea único. La colección de 30 piezas es el resultado de un proceso netamente experimental, el que ha pasado por varias técnicas, formas, y propuestas sin un objetivo específico, más que la creación de una familia de piezas que dialogan entre sí, creando un imaginario orgánico.

La biodiversidad es la base sustancial de los servicios ecosistémicos, no obstante, en los últimos 50 años el ser humano ha intervenido los ecosistemas extensamente para su bienestar y beneficio económico, provocando una creciente degradación y agotamiento de los sistemas biológicos y su diversidad. Las diferentes especies están en riesgo producto de la extracción de materias primas, la contaminación producto de la industria textil, calentamiento global y/o consecuencias del consumo masivo.

En nuestras piezas se consideran 2 velocidades, una de ellas es el uso de tecnología en el campo de la aceleración, como fuerza motor de la modernidad, versus, la narración del tiempo, cuando este gana en profundidad, amplitud y espacio. Encontrando un lugar, una quietud, una orientación que lo dirige en la acción manual, en la acción de armar, planchar, teñir, desarmar y volver armar. Una serie de actos repetitivos, donde se promueve el diálogo interno, mientras nos conectamos con el presente, a un ritmo fluido, donde nos dejamos llevar por la intuición, que gesta el proceso de pruebas y ensayos, dando forma al imaginario orgánico que evoca cada pieza. Es ahí donde comparten la transformación del material con la que se trabaja, conectando patrones y fragmentos de forma simultánea, empleando transparencias de superposiciones, juego cromático, el torcer, plegar, comprimir, expandir, dando origen a elementos móviles.

Se busca dialogar entre los diferentes niveles sensitivos. Entre lo táctil, lo visual y el olfato, se pretende evocar el acercamiento que tenemos hacia la naturaleza. Lo versátil que configura nuestro diálogo con ella y la manera en que apreciamos aquello que existe en sus múltiples formas. La serie de piezas promueve el cuerpo como espacio, como escenario de dispositivos orgánicos, lienzo de conexión y retroalimentación, vitrina de alegatos sociales, territorio de diferentes posibilidades volumétricas, y el juego de escalas. Las piezas son nombradas en latín, ya que es la forma en que se denominan y clasifican las especies.